El Cementerio de la Recoleta, el más antiguo y aristocrático de la Ciudad, abierto en 1822 y abarca casi seis hectáreas. Hacia fines del siglo XIX, cuando las familias más acomodadas comenzaron a mudarse hacia esta zona de la ciudad, pasó a convertirse en su necrópolis preferida. Entre las personalidades enterradas en el Cementerio de la Recoleta figuran líderes políticos, presidentes de la Nación, escritores, Premios Nobel, deportistas y empresarios. Las más visitadas son las de Eva Perón, Adolfo Bioy Casares y Facundo Quiroga.

Merece una visita por su valor arquitectónico, ya que es una muestra de los tiempos en que el país era una potencia económica emergente y las principales familias de la ciudad competían por construir panteones esplendorosos. Muchas de las bóvedas y mausoleos
son obra de importantes arquitectos y están adornados con mármoles y esculturas; más de 90 bóvedas han sido declaradas Monumento Histórico Nacional.