El Descubrimiento
La ciudad de Buenos Aires es la Capital de la República y está situada en la margen sur del Río de la Plata.
Tras la llegada de los europeos al nuevo continente en 1492 las corrientes colonizadoras fueron avanzando hacia el sur y en 1536 el explorador español Pedro de Mendoza ingresó al estuario del Río de la Plata, y estableció un fuerte en la que a posteriori sería la ciudad de Buenos Aires. Las luchas con los nativos, la hambruna y las enfermedades fueron decisivas para que cinco años más tarde los pocos habitantes que quedaban decidieran abandonarla.
A diferencia de las expediciones comandadas por Cortés en México y Pedro de Almagro en Perú, en esta región del continente no se habían desarrollado altas culturas como las de Aztecas e Incas, ni tenían riquezas en minerales tan preciados en la Europa del siglo 16, como el oro y la plata.
Tal vez por todo eso los exploradores no volvieron a interesarse en ella y sólo 50 años más tarde Juan de Garay, que había fundado la ciudad de Santa Fe en 1573, avanza nuevamente hacia el sur acompañado de 300 hombres y algunas mujeres y niños para “poblar una ciudad en el Puerto de Buenos Aires”. La fecha definitiva sería el 11 de junio de 1580 y el lugar, la actual Plaza de Mayo.
El puerto recibió ese nombre en homenaje a Nuestra Señora de los Buenos Aires, advocación de la Virgen María originaria de Cagliari, Cerdeña, posesión en esa época de la corona de España, y cuyo culto como protectora de los navegantes era muy difundido entre los marinos del Mediterráneo.
Si bien en sus comienzos se la nombró como Ciudad de la Trinidad, Puerto de Santa María de los Buenos Aires, poco a poco fue imponiéndose este último nombre, hasta hacer olvidar el de la Trinidad que le otorgara Garay.

La población autóctona eran los pampas, charrúas y guaraníes, (estos últimos bajaron de la zona del litoral), pero por su modo de vida nómade y rebelde los dos primeros grupos nunca se adaptaron a los regímenes de mita y reducción propuestos por los españoles, escapando al monte para vivir del ganado cimarrón y atacando a los nuevos poblados, haciendo difícil la vida de su gente.
Las enfermedades occidentales, el alcohol y el cambio de vida fueron las mayores causas de muerte y desaparición de los aborígenes de la región.

La Colonia
Los primeros años de esta ciudad fueron difíciles y por casi 200 años sobrevivió inorgánicamente gracias al contrabando proveniente de la posesión portuguesa en territorio del actual Uruguay, Colonia del Sacramento.
Su abandono de la Corona Española la hizo apetecible para piratas y filibusteros que se hicieron presentes desde fines del siglo 16. Uno de los que tuvo su paso por la ciudad de Buenos Aires fue el corsario inglés Francis Drake (luego nombrado Sir) quien pasa por allí en 1577 en viaje hacia Chile donde toma Valparaíso.
Otro famoso pirata entró a aguas rioplatenses, Tomas Cavendish, en 1591 cuando desembarca en Martín García, causando problemas al comercio, pero sin atacar Buenos Aires.
En los años siguientes sufrieron el ataque de corsarios, filibusteros y piratas pero siempre supieron defender la ciudad que hasta las Invasiones Inglesas no cayó en manos extranjeras.
Recién en 1776 y para frenar el expansionismo portugués (presente en Brasil y la ciudad de Colonia-R.O. Uruguay) se funda el Virreynato del Río de la Plata.
El comercio que antes se realizaba por el Alto Perú comienza a realizarse desde el puerto de Buenos Aires y en 1778 se crea la Aduana, organismo fundamental para el ingreso de divisas a la ciudad.
Las ideas de libertad de comercio comienzan a rondar entre los criollos más influyentes, como Manuel Belgrano o Mariano Moreno. Surgen también los primeros periódicos: el Telégrafo Mercantil y el Semanario de agricultura, industria y comercio.
En este período el interior de la provincia, que estaba prácticamente despoblado, fue el escenario ideal para que miles de cabezas de ganado vacuno crecieran dando lugar al nacimiento de una industria ganadera que persiste hasta el día de hoy. La explotación del cuero, carne salada y grasa marcó el inicio de las “estancias”, grandes extensiones de tierra que eran propiedad de la burguesía local.
El 24 de junio de 1806 se produce la Primera Invasión Inglesa al mando del Gral. Beresford. El virrey Sobremonte huye a Córdoba y algunos vecinos aceptaron de buen gusto la llegada del progreso inglés. Sin embargo Santiago de Liniers hace frente a los invasores logrando la definitiva rendición el 12 de agosto del mismo año. Para prevenirse de futuros ataques, Liniers organiza los primeros cuerpos armados como los Patricios y los Arribeños. El 28 de junio de 1807 el segundo desembarco británico, con Whitelocke a la cabeza, fue recibido por una ciudad alerta y fortificada que obligó el 6 de julio a la capitulación de los invasores.
Las ideas de libertad de comercio comienzan a rondar entre los criollos más influyentes, como Manuel Belgrano o Mariano Moreno. Surgen también los primeros periódicos: el Telégrafo Mercantil y el Semanario de agricultura, industria y comercio.
En este período el interior de la provincia, que estaba prácticamente despoblado, fue el escenario ideal para que miles de cabezas de ganado vacuno crecieran dando lugar al nacimiento de una industria ganadera que persiste hasta el día de hoy. La explotación del cuero, carne salada y grasa marcó el inicio de las “estancias”, grandes extensiones de tierra que eran propiedad de la burguesía local.

Independencia
La entrada de Napoleón a España fue el principio del fin de las colonias españolas en América. El 22 de mayo de 1810 los cabildantes de Buenos Aires se reúnen para tomar una decisión: seguir a un gobierno en el exilio, aceptar a José Bonaparte como nuevo monarca o cortar toda relación con la monarquía española. El 25 de mayo se constituye la Primera Junta de gobierno, la que invita al resto de los cabildos del virreynato a sumarse a esta nueva etapa.
El interior vió a este nuevo movimiento a la continuidad de su relegada economía, sólo que los fondos de la Aduana y los privilegios ahora quedaban en manos de los porteños. La lucha entre Interior y Buenos Aires había comenzado.
Para 1816 las provincias se reúnen en la ciudad de San Miguel de Tucumán y el 9 de julio se firma el Acta de Independencia de la Corona Española. Las tropas realistas fortalecidas tras la derrota de Napoleón en Europa comienzan la reconquista de los territorios del Río de la Plata pero las actuaciones de los ejércitos criollos con las figuras destacadas del General José de San Martín, Manuel Belgrano, y Martín Miguel de Güemes entre otros lograron consolidar a la Argentina como país independiente tras 14 años de lucha armada.
Pero el camino para el progreso no iba a ser fácil, largos años de luchas internas marcaron las primeras décadas del gobierno independiente, mientras la ciudad-puerto de Buenos Aires se hacía cada vez más rica y poderosa.
70 años más tarde de ese suceso trascendental (1880) se la designa Capital Federal de la República y comienza su expansión territorial y de población gracias a los recursos que dejaba la aduana del puerto de la ciudad.

El Bicentenario
La ciudad de Buenos Aires celebró el 25 de mayo de 2010 los 200 años de la Revolución de Mayo.
En esos dos siglos se consolidó como la puerta de entrada de ideas y personas que contribuyeron a convertirla en la ciudad cosmopolita y moderna que es hoy.
Gracias a la inmigración de fines de siglo 19 e inicios del 20 multiplicó por 8 su población dando lugar a grandes cambios en su fisonomía. Siguiendo el estilo parisino del Segundo Imperio se construyeron grandes avenidas y plazas, edificios públicos y obras emblemáticas. Algunas de ellas fueron la Casa Rosada, la Avenida de Mayo, el Teatro Colón y el edificio del Congreso Nacional.
Para el Centenario en 1910 Buenos Aires era la mayor ciudad de América Latina. En 1913 se inauguraba el primer tren subterráneo de América con la denominada Línea A que corría entre Plaza Miserere y Plaza de Mayo.
En 1936 la inauguración del Edificio Kavanagh con 102 metros de altura le daba paso a la entrada a la arquitectura moderna completada con el Obelisco, la Avenida 9 de Julio, el ensanche de la Avenida Corrientes donde comenzaron a surgir teatros como el Ópera, el Gran Rex, el Tabarís o el Metropolitan.
A mediados del siglo pasado comienza la gran migración interna en el cual gran parte de la población rural se movió a las ciudades y a sus alrededores, conformando junto al Gran Buenos Aires (partidos circundantes de la provincia de Buenos Aires) uno de los mayores centros urbanos del continente.
Las autopistas urbanas surgen durante el gobierno militar del intendente Cacciatore en pleno Proceso de Reorganización Nacional con la Junta Militar liderada por Jorge Rafael Videla.
Ya con el regreso a la Democracia en 1983 continúan adelante algunos planes para modernizar la ciudad con la extensión de las líneas de Subterráneos y por primera vez en 60 años se abre una nueva línea la H, completando así una red de 6 líneas que movilizan 1.300.000 personas al día.
En los pasados años las grandes avenidas como la 9 de Julio, Paseo Colón, L.N. Alem o Cabildo cuentan con un sistema de carriles exclusivos para el transporte público de pasajeros denominado Metrobús, pensado para descongestionar el tránsito y acelerar los tiempos de traslado de quienes circulan por la ciudad cada día.
Hoy Buenos Aires, Capital de la República Argentina cuenta con más de tres millones de habitantes y a ella ingresan cada día a trabajar, estudiar, hacer trámites o a disfrutar de su oferta cultural, gastronómica y de entretenimientos 1.200.000 personas.

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