Hablar de turismo aventura en un medio urbano puede ser un poco exagerado pero para quienes llegan de otras latitudes hay muchas posibilidades de sentir más amigable a esta ciudad, caótica por cierto, pero que despliega una serie de actividades, tanto aguas afuera del Río de la Plata, como en tierra. Todo es cuestión de saber aprovechar cada oportunidad y momento para descubrirla desde otros ángulos.

Increíblemente a minutos de la más turbulenta y conflictiva “city” porteña hay un remanso verde pletórico de vida, la Reserva Ecológica de Costanera Sur.
Se trata de un espacio verde con características únicas dentro de la Ciudad de Buenos Aires brindando la posibilidad de ponerse en contacto con la naturaleza agreste. Esta zona fue a inicios del siglo pasado un balneario sobre el Río de la Plata, y en 1978 comienza el proyecto de “ganarle tierras al río” para construir un “Centro Administrativo de la Ciudad”.
Seis años más tarde el proyecto se abandona y el terreno fue ganado por la naturaleza que comenzó a colonizarse con especies silvestres, gracias a inundaciones y el arribo de camalotales, creando ecosistemas valiosos que fueron declarados Parque Natural y Zona de Reserva Ecológica.
Hacer trekking en sus senderos es una forma maravillosa de encontrarse rodeado por una gran variedad de árboles, hierbas y arbustos típicos del delta y la ribera rioplatense.
En sus diferentes ambientes encuentran refugio y alimento una fauna muy variada sin representantes de gran tamaño. Podemos apreciar en sus hábitats a mariposas, abejas, hormigas, mantis, alguaciles, libélulas, escarabajos entre otros muchos insectos; lagartos overos, culebras, tortugas acuáticas entre los reptiles más característicos; ranas criollas y sapitos cavadores entre los representantes del grupo de los anfibios; pollonas, benteveos, tacuarita azul, chingolos y un profuso listado de otras especies de aves fáciles de observar. Murciélagos, ratones de campo, comadrejas coloradas y coipos son algunos de los mamíferos y tanto en el río como en los pequeños cuerpos de agua nadan bogas, bagres amarillos, dorados, viejas de agua y más especies de agua dulce.
Una experiencia bien diferente es el paseo nocturno por la Reserva Costanera Sur, que generan un ámbito repleto de diversos sonidos y texturas que en la inmensidad de la noche generan sensaciones únicas. El paseo consiste en una caminata de alrededor de tres horas, acampando por la noche y con un desayuno por la mañana que devuelve las energías para terminar el recorrido.

En bicicleta
También existe la posibilidad para hacer excursiones guiadas en bicicleta. No hay que ser experto ciclista y son aptas para todas las edades. Hay empresas especializadas que organizan paseos cortos de 3 o 4 horas o paseos de 9 horas de duración. En todos los casos se brindan las bicicletas, los cascos, pecheras de seguridad, agua, fotografías y souvenirs, acompañados por expertos guías bilingües.
Las opciones son: Buenos Aires antiguo, Buenos Aires verde, Buenos Aires reserva ecológica, Buenos Aires tango, Nocturna, etc.

Si Ud. no quiere cansarse puede optar por el programa de Bicis con Pedaleo Asistido. Estas bicicletas tienen un pequeño motor con lo cual no es necesario esfuerzo alguno para hacer el paseo. Hay dos circuitos “Parques y museos” y “Parques y monumentos” saliendo y regresando del Planetario de la Ciudad de Buenos Aires.
Cada visita guiada tiene un cupo de 15 personas y recorre los bosques de Palermo para conocer la naturaleza y el arte de Buenos Aires. Entre otros puntos, se visitan el Planetario, el Hipódromo, el Jardín Japonés, el Lawn Tennis Club, los lagos de Palermo, el Rosedal y museos como el Sívori, el Bellas Artes, el Malba y el José Hernández.

En el agua
Las actividades náuticas están de parabienes en la ciudad contando con el río más ancho del mundo.
Para los habitantes de la ciudad de Buenos Aires el cruce a Uruguay es parte de la tradición náutica. Los fines de semana los puertos uruguayos se pueblan de veleros argentinos.
La escasa profundidad, las mareas oceánicas, y vientos duros como la sudestada o pampero, hacen de esta navegación una gran aventura.
Pero sin necesidad de saber navegar o realizar arriesgadas travesías, desde el Yacht Club Puerto Madero de Buenos Aires se organizan salidas recreativas de sólo algunas horas, para ver la ciudad desde el río, llegando hasta la zona de Olivos.
Se puede navegar por el Río de La Plata disfrutando de vistas panorámicas incomparables lejos del ajetreo y el bullicio de la gran ciudad, para mirar el paisaje de la costa de Buenos Aires visto desde el río, escuchando el sonido del viento y el chapoteo del agua contra el casco del velero.
Desde la aguas del Río de la Plata, se podrá observar los modernos y lujosos edificios de Puerto Madero, el Puerto de Buenos Aires, el Aeroparque, el Club de Pescadores, el estadio de River Plate, etc. en salidas de unas 3 horas de navegación.
También se puede contratar una Navegación Costera de Día Completo, en el que además de navegar por las aguas del Río de la Plata, se navega por el Delta para llegar a un exclusivo paraje al que sólo acceden embarcaciones privadas. La duración es de 6 horas aproximadamente.
Una propuesta diferente invita a conocer otra vista de la Ciudad saliendo al atardecer para poder observar la puesta del sol sobre sus edificios en una navegación de tres horas. Se puede cenar a bordo.
Los más activos pueden dirigirse a Puerto Madero y hacer una salida en bote o kayak, ya que no hace falta experiencia previa, porque se utilizan embarcaciones muy fáciles de dominar y muy seguras, de primer nivel, en kayaks de travesía simples, dobles y triples o en botes de paseo de 2-4-6 u 8 personas totalmente equipados donde cualquier principiante podrá disfrutarlo desde el primer momento y mucho más aquellos remeros y palistas experimentados.
Luego de dar una instrucción antes de salir al agua todos, sin excepción, en pocos minutos están disfrutando de una experiencia inolvidable.
Otra opción es una kayakeada nocturna por el Río de La Plata frente a la iluminada Buenos Aires: los reflejos de las luces se entremezclan y forman figuras de una belleza increíble. En medio del agua se respira la paz, los sonidos de las suaves olas que rebotan contra los remos, una experiencia espectacular en la que los sentidos son atravesados por la frescura de la naturaleza. Al regreso un asado compartido con el grupo de aventureros, brinda un marco ameno y tranquilo para contar la experiencia personal de cada uno.

Desde el aire
Si bien no es un paseo muy usual también es posible ver la inmensidad de la llanura donde está asentada la ciudad desde un helicóptero.
Partiendo desde la terminal sur del Aeroparque en naves para 3 pasajeros se ve, a vuelo de pájaro, la zona de los bosques de Palermo, las canchas de Polo y el Hipódromo. Volando a 150 metros de altura y a 200 kms por hora se llega más tarde a la Recoleta, la Av. 9 de Julio (la más ancha del mundo) y el Obelisco, Puerto Madero y la Reserva Ecológica para pasar sobre la “Bombonera” (cancha del club Boca Juniors) y regresar al punto de partida. Hay opciones de vuelos nocturnos o sobre el Delta del Tigre.

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